Ciencia
Observan la mayor explosión nunca registrada en la Luna
Día 17/05/2013 - 10.19h
Provocada por el impacto de un objeto, fue tan brillante que cualquiera que hubiera estado observando nuestro satélite en ese momento podría haberla visto sin necesidad de telescopio
Desde hace ya ocho años, los astrónomos han escrutado la Luna en busca de explosiones causadas por el impacto de meteoritos sobre la superficie de nuestro satélite. Y se han dado cuenta de que esos impactos son mucho más comunes de lo que nadie hubiera esperado. De hecho, se han observado ya varios centenares de ellos. Pero el pasado 17 de marzo, los investigadores registraron la mayor explosión lunar de toda la historia de este programa.
“Ese día -afirma el astrónomo Bill Coke- un objeto de las dimensiones de una roca grande impactó contra la superficie lunar, en Mare Imbrium. Y explotó con un brillo diez veces superior a cualquiera de los que habíamos visto hasta ese momento”.
De hecho, la explosión fue tan brillante que cualquiera que hubiera estado observando la Luna en ese momento podría haberla visto sin necesidad de telescopio alguno. Durante cerca de un segundo, el lugar del impacto brilló con la intensidad de una estrella de magnitud 4.
Ron Suggs, un analista del Centro de Vuelos Espaciales Marshall, fue el primero en detectar el fogonazo, recogido en un vídeo grabado de forma automática por uno de los telescopios del programa. “Saltó justo en frente de mí -afirma el investigador-, y era muy brillante”.
El objeto que causó la explosión no era muy grande. Se trató de una roca de apenas 30 ó 40 cm. y unos 40 kg. de peso. Aunque, eso sí, a una extraordinaria velocidad, superior a los 90.000 km. por hora. A pesar del tamalo de la piedra, la explosión fue equivalente a la de cinco toneladas de TNT.
Bolas de fuego
Para Cooke, el impacto formó parte de un acontecimiento mucho mayor: “Durante la nche del 17 de marzo -recuerda el científico- las cámaras de la NASA y de la Universidad Western Ontario detectaron un número inusual de meteoroides dirigiéndose hacia la Tierra. Y todas esas bolas de fuego recorrieron órbitas idénticas entre la Tierra y el cinturón de asteroides”. Lo cual significa que la Tierra y la Luna son “apedreados” prácticamente al mismo tiempo.
“Mi hipótesis de trabajo -continúa Cooke- es que ambos eventos están relacionados, y que se trata del encuentro del sistema Tierra-Luna con una nube de escombros”. Tras la colisión, los datos fueron enviados al equipo de controladores de la misión Lunar Reconnaisance Orbiter, en órbita lunar desde el año 2009, que localizó un cráter de unos 20 metros de diámetro en el lugar del impacto.
A diferencia de la Tierra, que cuenta con la protección de la atmósfera, la superficie lunar está expuesta al contínuo bombardeo de esta clase de pequeños objetos que, en nuestro planeta, arden por la fricción mucho antes de tocar el suelo. Desde el año 2005, cuando empezó este programa de observación, los investigadores han registrado más de 300 impactos, aunque ninguno tan brillante como el del pasado 17 de marzo.
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